Había querido creer que el desafortunado chiste del payaso Platanito y su contundente rechazo en las redes sociales y luego en los medios electrónicos daba inicio a una nueva moral pública, en la que quedarían cerradas de manera definitiva las puertas a quien formule bromas sobre tragedias, razas, preferencias sexuales, condición social, discapacidad, enfermedad, etc. Eso quería creer. Sin embargo, el chiste del comediante (tomado del video de una de sus presentaciones para adultos y distribuido por redes sociales) fue degradado tras haberse metido con la memoria de 49 bebés que murieron durante el incendio de la guardería ABC y no por la ya insostenible tradición de burlarse del que no está, del que no puede defenderse o del que ya está estigmatizado. Lo ideal es que a partir del chiste del Platanito, en lugar de un linchamiento, debería habrírse la discusión acerca de cómo implementar medidas para orientar los contenidos de esos comediantes. Y es que a los “showman” los sigue mucha gente. Al platanito lo festejan en Twitter 162, 458 personas. Comparado con ligas mayores, el payaso es apenas una insinuación del gusto que muchos mexicanos tienen por este tipo de humor. Y el mejor ejemplo lo constituye el también comediante Polo Polo, quien en su cuenta de Twitter tiene un millón 554, 372 seguidores; a todos ellos y a muchos más que eligen otros perfiles de comediantes los atrapa y seduce el mismo concepto: ridiculizar, ofender y burlarse de los demás. El Platanito difundió una estéril disculpa pública aceptando su desliz pero ello no le llevará a dejar de mofarse de los demás, porque de eso vive. Sin duda, este episodio se va a cerrar y los comediantes seguirán haciendo lo único que saben hacer, mientras los aplauden audiencias cautivas no solo en sus cuentas de redes sociales, sino en sus presentaciones públicas o en los medios de comunicación. Sin embargo, el Platanito es parte de una industria, porque detrás de él y esos otros comediantes también hay empresarios que ganan con espectáculos construidos a base de insultos y de ridiculizar terceros.
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