miércoles, 9 de mayo de 2012

Periodistas: a cuidarse solos, no hay de otra

Mi amigo Andrés A. Solís (@aasolisa) ha preparado y difundido con verdadero compromiso un manual de autoprotección para periodistas, donde la premisa es sencilla: en este ejercicio no solo hay tareas sociales y éticas qué cumplir; sino también la obligación de mantenerse con vida, sobre todo si se desempeñan tareas que incursionan en ámbitos como la corrupción, el abuso de poder, la violencia y el crimen organizado. El manual tiene vigencia hoy más que nunca ante los inaceptables homicidios de compañeros y compañeras que han perdido la vida en Veracruz, si bien se estima que en este sexenio han perdido la vida por lo menos 45 comunicadores. Esta guía práctica y llena de toda lógica no es la única; hay más protocolos escritos para que el periodista se procure su propia seguridad. Lejos estoy de responsabilizar a ningún reportero, fotógrafo o camarógrafo o directivo de un medio de comunicación por las agresiones que pueda sufrir, incluida la muerte. Pero tampoco puedo sumarme a esas voces que culpan a las autoridades de estos incalificables crímenes ni a los propietarios de los medios de comunicación. La solución no radica en dejar de reportear en esos ámbitos ni poner guardaespaldas a cada periodista, lo que dicho sea de paso sí existe en algunos casos de "connotados" comunicadores que aceptan protección a cargo del erario. Estamos frente a un tema polémico porque la sociedad necesita del periodista que se aproxima al poder excesivo y corruptor, así como al crimen organizado para acumular información y hacer público el fruto de su trabajo. Pero como todo en esta vida, hacerlo supone un riesgo y los compañeros asesinados lo tomaron. Reconocimiento pleno tengo  por esa elección, pero me incomoda saber que estas muertes pudieron evitarse con mayor cuidado y percepción de riesgo.

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